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                  NTRA. SRA. DE TORRECIUDAD -          SECASTILLA- TORRECIUDAD (HUESCA)

   La imagen pertenece al tipo iconográfico de la Sedes Sapientiae o Majestad de Nuestra Señora. El hieratismo y la frontalidad de las figuras, la buscada desproporción de las cabezas y manos, el tratado del ropaje en relieve muy plano, la estructura del plegado de la túnica, etc., responden a los principios metódicos del románico.

   Tras retirar las capas de pintura acumuladas a lo largo de los siglos, en 1974 se completó la restauración con la desinsectación y consolidación de partes dañadas, la policromía y el chapado, como se puede ver actualmente en tantas imágenes medievales.

   Desde 1084, generación tras generación, los pueblos de la comarca mantuvieron viva la costumbre de acudir en peregrinación a este lugar para rezar a la Virgen, confiarle sus alegrías y penas, pedir por sus necesidades y agradecerle favores y gracias.

   La devoción estaba arraigada en numerosas localidades de una zona bastante amplia, cuidando especialmente de la Virgen los vecinos de Secastilla, Bolturina, Ubiergo, La Puebla de Castro y El Grado. La ermita se alza en un promontorio sobre el río Cinca, embalsado con posterioridad a la decisión de construir el santuario. El acceso era difícil y se llegaba a pie o en caballerías.

   En 1904, cuando el Santo tenía dos años, contrajo una grave enfermedad y fue desahuciado por los médicos. Su madre rezó intensamente a la Virgen y, días más tarde, llevaba al niño, sorprendentemente curado, en peregrinación de acción de gracias a la ermita de Torreciudad.

   Me trajeron mis padres. Mi madre me llevó en sus brazos a la Virgen. Iba sentada en la caballería, no a la inglesa, sino en silla, como entonces se hacía, y pasó miedo porque era un camino muy malo.

   En 1956, Mons. Escrivá manifestó su deseo de difundir la devoción a la Madre de Dios con la construcción de un santuario junto a la ermita. En octubre de ese año varios miembros del Opus Dei visitaron el lugar, que aparecía agreste, árido, desolado. Lejos de desanimarse, San José María, con una fe y amor mariano muy grandes, movilizó a muchas personas, que contribuyeron con su oración y limosnas a convertir aquel sueño locura de amor, le gustaba decir- en realidad.

Historia del Santuario

   Torreciudad está situada a 24 kilómetros al norte de Barbastro, junto al embalse de Grado. En la documentación medieval que se conserva se llama "Civitas" (topónimo del que derivó más tarde el de "Turris Civitatis", Torreciudad) al baluarte que los invasores musulmanes tenían para defenderse de los cristianos que desde el norte pugnaban por reconquistar las tierras que los árabes les habían arrebatado.

   En el 1084 los cristianos, terminada la reconquista de la zona, entronizaron la imagen de la Virgen en la ermita que se conserva todavía. Según la tradición, refrendada por estudios históricos, la talla de la Virgen de Torreciudad fue venerada con anterioridad a 1084. A raíz de la dominación árabe fue escondida y posteriormente recuperada, cerca de la ermita, una vez reconquistada la zona por los cristianos.

   En el siglo XVIII el historiador Faci escribió: "Tiene la Santa Imagen su nombre por el sitio en que está su iglesia situada: su antigüedad es desde los tiempos de la reconquista de aquel Partido, que fue por los años 1083 o siguientes, por Nuestro Rey Don Sancho Ramírez (...). Ha sido grande su veneración desde que fue colocada en su antigua iglesia, y muchos los Milagros y favores que los devotos han experimentado en su intercesión. Es la Santa Imagen de madera: está sentada en una silla y tiene al Niño Jesús delante del pecho".

   Con la conquista en el 1100 de Barbastro y alejada, por tanto, la frontera con los musulmanes, perdió Torreciudad la utilidad militar que había tenido durante una generación como atalaya y punta de lanza de la Reconquista. Entonces, afirma el historiador Durán Gudiol, "Torreciudad fue perdiendo su población y la primacía sociopolítica en beneficio del vecino castillo y lugar de El Grado, pero subsistió la iglesia de Santa María como santuario preferido por los vecinos de la comarca. Carácter que ha conservado desde los primeros tiempos de la Baja Edad Media hasta la actualidad".

   Torreciudad ha sido, desde tiempo inmemorial, punto de encuentro de piedad mariana: millares de personas se han postrado a los pies de la Virgen de Torreciudad durante nueve siglos. A esta larga historia se quiso sumar San José María Escrivá de Balaguer (Barbastro, 1902-Roma, 1975) y, bajo su impulso espiritual, se levantó el santuario, como lugar de conversión bajo el amparo de la Santísima Virgen. El Santo esperaba frutos espirituales: gracias que el Señor querrá dar a quienes acudan a venerar a su Madre Bendita en su Santuario. Esos son los milagros que deseo: la conversión y la paz para muchas almas.

               

                    Texto e imagenes enviados por Francisco Alonso.