La ermita de la Alegría está situada en el lugar que
se llamó las Cellas, siendo en un principio fortaleza y destruida por orden de
Jaime I. Paralelamente a su derribo se alzó el edificio del santuario de la
Alegría donde se veneraba a la Virgen bajo la advocación de la Alegría.
Jaime I cedió el dominio del santuario al
Concejo, excluyendo a las órdenes religiosas de cualquier tipo de derecho sobre
la Ermita y por extensión de toda la partida de las Cellas. Se puede leer en
"Historia de Monzón", importante obra de Mª Teresa Oliveros de Castro. "Otra
ermita hay en un collado, que paresce hacia mediodía entre unos olivares, que se
dice Nuestra Señora de la Alegría, así mismo bien visitada".
Durante y como
consecuencia de las guerras del 1642 la Ermita de la Alegría sufrió fracturas y
destrozos que obligaron hacia el año 1662 trasladar los cultos devocionales a la
iglesia de Santa María. Seguimos leyendo a Mª Teresa Oliveros de Castro "En la
ermita se hallaba fundada la cofradía bajo el mismo título de la Virgen, la cual
poseía un huerto situado bajo el molino harinero que se llamaba de la Villa, por
los años 1613."
Desde su advenimiento
la Virgen de la Alegría aglutinó grandes devociones que se conservaron y
engrandecieron a lo largo de los tiempos. Un apunte histórico que realza la
figura y espíritu de la Virgen de la Alegría más allá de lo puramente localista
-y que avala nuestro comentario acerca de la gran devoción que tuvo y que sigue
manteniendo viva- es saber que en la Catedral de Barcelona tiene una capilla y
que en su honor existen "gozos" en castellano y catalán.
La
romería
Los montisonenses y vecinos de la comarca celebran con gran
emoción el Lunes de Pascua, una gran fiesta en honor a Nuestra Virgen de la
Alegría. Desde primeras horas de la mañana los romeros se van acercando a la
ermita y alrededores, llegando a ser masiva la afluencia de grupos de amigos y
familiares disfrutando antes y después de la Misa, con el canto del himno a la
Virgen. Se engalanan algunas carrozas, se come roscón, farinosos, longaniza y
otros productos de la tierra, sin olvidar las actuaciones de los grupos joteros.
Nos tomaremos la licencia de
citar los comentarios que al respecto ha escrito con rigurosa explicación Mª
Teresa Oliveros de Castro: "Era Antigua
costumbre el ir en procesión cada año a las ermitas, pero ya en el siglo XVIII
perduraba solamente la de la Virgen de la Alegría, en el lunes de Resurrección.
La fiesta consistía en
cantarse una Misa en la ermita y se decía el último sermón, como despedida de la
Cuaresma con la asistencia del cabildo, clero parroquial de San Juan y
religiosas de las Comunidades que entonces había, Ayuntamiento y particularmente
vecinos en lo antiguo sólo se gastaba lo correspondiente a un refresco o
desayuno; pero considerando muy incómodo el regreso antes del mediodía, se
dilató hasta la tarde disponiendo de una proporcionada comida a los
concurrentes. En el año 1771 se nombró un administrador de la ermita y consignan
a este efecto un campo en la Balfarta.
Para dar mayor solemnidad y
alegría a la fiesta, se permitía la asistencia de una cuadrilla de mozos
danzantes que en obsequio al Santísimo le acompañan en su procesión el primer
día, continúan en al segundo la de Nuestra Señora de la Alegría divirtiendo la
Plaza en el tercer día con cuyo honesto entretenimiento logra el Pueblo descanso
en sus pesadas tareas, especialmente observada moderación en tales actos
populares; e interviniendo el gobierno político para precaver desórdenes , como
sucedió el que comenzó a notarse en la idéntica función de la Alegría en
1756."
Enviado
por Francisco Alonso.
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