En Tudela, la Semana Santa
culmina con dos actos de honda tradición: uno es el Volatín, una representación
de la muerte de Judas, un muñeco con un puro-petardo en la boca que da vueltas
mientras explota. Otro es la Bajada del Ángel, que consiste en el descenso desde
"el cielo" de un niño vestido de ángel y sujeto a una maroma hasta la virgen,
que se encuentra a un lado de la plaza de los Fueros, con la cara tapada por un
velo negro de luto. El ángel retira el velo con la boca y vuelve al "cielo"
lanzando aleluyas.
Enviado
por Iñaki.
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